martes, 20 de julio de 2010

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Ansiedad
Los niños con TDAH tienen que realizar un esfuerzo mucho mayor que los niños normales para concentrarse y para realizar sus tareas. A pesar de todo el esfuerzo que realizan, muchas veces no obtienen resultados acordes a éste y, además, reciben llamadas de atención constantemente. Dándonos cuenta de lo anteriormente explicado, es fácil entender por qué los niños con TDAH presentan niveles de ansiedad más altos que los de otros niños.
En algunos casos, la ansiedad, también puede ser causada por el miedo del niño frente a una posible separación de algún miembro de la familia. Las principales características de un niño con ansiedad por una posible separación son el miedo de alejarse de su hogar o de sus padres, temor a perderlos, temor a que algún acontecimiento los separe, el no querer ir al colegio o a otros lugares, resistencia a quedarse en casa sin sus padres, el no querer dormir sin tener cerca a los padres, pesadillas con respecto a una separación, etc.
Lo primero para iniciar el tratamiento de la ansiedad es enseñarles a los padres técnicas conductuales que les ayuden a disminuir y luego desaparecer los miedos del niño. Además, se puede ayudar al niño con una terapia emocional, si fuera necesario.

· Tics y Síndrome de Tourette
El Síndrome o trastorno de Tourette es un problema neuropsiquiátrico que se caracteriza por la presencia de tics y en algunos casos de comportamientos compulsivos. En la mitad de los casos también va asociado con TDAH y suele ir acompañado de problemas de conducta, de aprendizaje, de ansiedad y de depresión.

Los tics que son fundamentales para diagnosticar el Síndrome de Tourette son movimientos (tics motores) o vocalizaciones (tics vocales o fónicos). Los más comunes son parpadear, mover los ojos, hacer muecas, desflemar, tocar objetos, repetir palabras, etc. Los tics aparecen, desaparecen, luego vuelven asociados a otros tics; duran semanas, meses años, pero para diagnosticar el Síndrome de Tourette es necesario que la persona tenga dos tics motores y uno fónico y que presente tics durante, por lo menos, un año. Los tics suelen aparecer durante los primeros diez años de vida, generalmente se acentúan en la adolescencia y luego desaparecen en la adultez. Generalmente los tics no interfieren significativamente en la vida de las personas, aunque en algunos casos, son severos y requieren medicación.
Sobre todo en la adultez, más que tics, se presentan conductas compulsivas que obedecen a obsesiones que llegan a la cabeza sin razón alguna; las compulsiones más frecuentes que se observan son el tocar objetos sin razón alguna, ordenarlos, contar, decir una frase repetidas veces o realizar un acto hasta sentir que ha sido efectuado correctamente. A veces, estas compulsiones se hacen tan severas y frecuentes que se le diagnostica a la persona el trastorno obsesivo-compulsivo, que tiene que ser tratado con medicamentos.
El Síndrome de Tourette tiene un origen genético, pero no se descarta que algunos problemas en la gestación y en el parto puedan facilitar su aparición.
El Síndrome de Tourette y el TDAH se consideran trastornos asociados. Uno de cada dos pacientes con el Síndrome de Tourette también presenta el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. El trastorno obsesivo-compulsivo y los tics, que son los dos principales síntomas del Síndrome de Tourette, complican el diagnóstico del TDAH debido a que son lo primero que llama la atención y, por lo tanto, lo primero en tratar de ser curado, a pesar de ser el TDAH el trastorno que más problemas trae a largo plazo. Además, estos síntomas, acentúan los del TDAH e interfieren con el aprendizaje del niño o adolescente, ya que éstos realizan un esfuerzo por controlar los tics para no llamar la atención y no ser objeto de burlas y las compulsiones consumen un tiempo valioso del rato de estudio, al llevar a una repetición innecesaria de actos.

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