martes, 20 de julio de 2010

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Migraña
La migraña es un problema neurológico que causa dolor de cabeza; es de origen genético y es tan común como el TDAH. Por esta razón no es raro encontrar a personas con los dos trastornos asociados.
Cuando oímos la palabra migraña, rápidamente, la relacionamos con un dolor de cabeza, pero la migraña no causa simples dolores de cabeza. Para que un dolor de cabeza sea considerado como una migraña tiene que presentar las siguientes características: que ocurra en un sólo lado de la cabeza (especialmente en la frente y en el ojo), que el período de dolor sea prolongado, que la luz y los ruidos molesten durante el tiempo de dolor, que la persona que tiene el problema prefiera quedarse quieto y dormir, que por lo general dormir alivie el dolor. A veces, el problema es más severo y produce visión de luces, náuseas y vómitos. Existen medicamentos muy efectivos para controlar la migraña y cuando éstas son muy frecuentes puede ser necesario un tratamiento preventivo, usando medicamentos diariamente.
En el caso de los niños la migraña no tiene todas las características anteriores y se puede presentar como un simple dolor de cabeza. Sin embargo, tiene algunas peculiaridades: son más frecuentes durante la época escolar, especialmente durante los días de clases, aparecen en las últimas horas de colegio o en el viaje de regreso a casa, algunas veces aparecen cuando el niño come chocolates, golosinas o bebidas con colorantes.
El aspecto más resaltante de la asociación entre el TDAH y la migraña es que las dificultades que provoca el TDAH causan un gran estrés y una gran preocupación en el niño, y esto hace que las migrañas sean más frecuentes e intensas.

· Trastornos del espectro autista o trastornos generalizados del desarrollo
A pesar de no conocerse precisamente la causa de estos trastornos, se sabe que se dan por una severa alteración en el desarrollo del cerebro originada antes del nacimiento.
Estos trastornos afectan seriamente el desarrollo general del niño, especialmente, en el aspecto social, conductual y del lenguaje.
Estos trastornos se presentan, básicamente, de dos formas: el autismo y el Síndrome de Asperger.
El autismo es la forma más severa y presenta alteraciones en los tres aspectos mencionados anteriormente; puede estar asociado a retardo mental y a convulsiones.
El Síndrome de Asperger es una forma leve de autismo, con inteligencia normal y alteraciones leves en la comunicación verbal. En muchos casos se trata de personas muy inteligentes con dificultades para la socialización y con pocos intereses, pero que sin embargo destacan en su profesión, especialmente en la matemática, la ingeniería y la informática.
El tratamiento de los trastornos del espectro autista es básicamente de tipo educativo y psicológico. No existen medicamentos específicos para los trastornos del espectro autista, por lo que se emplean distintos medicamentos de acuerdo a la sintomatología dominante. Si lo más resaltante son la agresividad, los problemas de sociabilización y los movimientos repetitivos, lo recomendable son los neurolépticos; pero si lo que más resalta son la obsesividad y las conductas rituales pueden utilizarse los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.

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