jueves, 15 de julio de 2010

Déficit de Atención

Es el síntoma más característico tanto del TDA como del TDAH. La desatención radica en la dificultad que existe para enfocar o sostener la atención en algo, durante un tiempo determinado, descartando todos los demás estímulos circundantes. Este déficit atencional genera una gran dificultad para concentrarse. La atención se ve alterada en todos sus subprocesos. Estos subprocesos se ejecutan en el cerebro en lapsos brevísimos de tiempo; se van sucediendo en milésimas de segundo, por lo que podríamos decir que se dan en simultáneo. Es evidente que estos subprocesos no se dan de la manera adecuada en las personas con TDAH.
Los subprocesos son los siguientes:

- Focalizar la atención. Nos demuestra o no la eficacia de la atención y nos permite formar un foco atencional sobre algo para detectar los detalles de cosas, acontecimientos, etc.

- Sostener la atención. Es mantener la concentración y atención por un tiempo de acuerdo a los parámetros establecidos según las edades.

- Cambiar la atención. Consiste en la capacidad de cambiar de un foco de atención a otro sin quedar fijado en el anterior, es decir, la capacidad de variar o prestar atención a varias cosas a la vez, pero pudiendo luego volver a atender al estímulo requerido.

- Codificar la atención. Es la dificultad para percibir los detalles importantes o centrales de las cosas o hechos.

Las siguientes son las características de las personas con déficit de atención:

- No le prestan la atención suficiente a los detalles o cometen errores por descuido en las tareas del colegio, en el trabajo o en otras actividades. Esto casi siempre se da cuando la persona está realizando una actividad que no es de su interés.

- Tienen dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas. Necesitan supervisión para las tareas, generalmente los juegos no les causan problemas.

- Dan la impresión de no escuchar cuando se les habla directamente y es necesario llamar su atención y repetirles las órdenes varias veces.

- No siguen instrucciones y no finalizan tareas escolares, encargos u obligaciones. Esto no se debe a un comportamiento negativo ni a que quieran dar la contra o a la incapacidad para comprender instrucciones, sino a que necesitan que se les repita las instrucciones individualmente y que se les recuerde, constantemente, que deben trabajar.

- Tienen dificultades para organizar tareas y actividades que por lo general no les interesan.


- Evitan y les disgustan las tareas que exigen un esfuerzo mental sostenido y, a menudo, ante la menor dificultad, abandonan lo que están haciendo para pasar a algo más fácil.

- Pierden objetos necesarios para realizar tareas o actividades.

- Se distraen fácilmente por estímulos irrelevantes; en el colegio y en la casa, especialmente, cualquier cosa los distrae.

- Son descuidados en las actividades diarias. Estas son las actividades que la persona debería realizar espontáneamente de acuerdo a su edad, pero hay que recordárselas constantemente debido a que muchas veces no las cumplen.

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