martes, 20 de julio de 2010

CONCLUSIONES DE MI BLOG SOBRE EL TDAH


Desde que comencé a escribir el blog sobre el TDAH, no me ha dejado de dar vueltas en la cabeza la siguiente idea: la mayoría de personas, pero sobre todo los adultos que no tienen mucha información y no conocen tanto sobre un trastorno como el TDAH, al ver a un niño con este trastorno –con signos de hiperactividad, sobre todo- piensan inmediatamente que es un niño malcriado, desobediente y mal educado. Si intercambian un diálogo con un niño con déficit de atención, enseguida pensarán que es un desinteresado e irrespetuoso porque no los atiende o no los mira a la cara cuando le hablan.
Si bien el TDAH causa una serie de conductas involuntarias que pueden llegar a ser controladas parcialmente, esto requiere de un esfuerzo enorme, que en muchos casos no sirve de nada. Al igual que con algunos trastornos asociados como, por ejemplo, el trastorno oposicionista desafiante, cualquiera diría que la persona con éste trastorno es una persona engreída, mala, rebelde, etc. Sin embargo, esta persona tiene un trastorno y si bien algunas conductas pueden llegar a ser controladas con mucho esfuerzo, al fin y al cabo, debe tomarse en cuenta que la persona tiene un problema neuropsicológico que causa que algunos rasgos de su conducta sean involuntarios. Debido a esto creo que la gente debería tener un poco más de paciencia y tolerancia con las personas con TDAH u otro trastorno.
La gente con TDAH, así como sus familiares, debe tener muy claro que un tratamiento medicamentoso sólo será completamente efectivo si es que es controlado y seguido por un neurólogo especialista con experiencia en el tema.
Las personas con TDAH no tienen ninguna incapacidad ni impedimento para hacer y alcanzar lo que quieran y no tienen nada que envidiarle a una persona sin el trastorno. Seguramente en el camino que quieran seguir encontrarán más obstáculos que una persona normal, pero con esfuerzo y dedicación se puede conseguir lo que sea.
Por último, quiero decir que las personas con TDAH tenemos interiorizado ese empuje para conseguir lo que queremos y ese esfuerzo para superar cada obstáculo que se nos presenta, debido a que siempre nos ha costado un poco más de lo normal y creo que en eso radica lo valioso de la vida: en luchar y esforzarnos siempre, aunque nos cueste un poquito más, por lo que queramos conseguir.

ANTICONVULSIVOS


Anticonvulsivos
Nunca ha quedado demostrado que los medicamentos anticonvulsivos tengan algún efecto sobre el TDAH. Lo único para lo que podrían ser útiles, respecto al trastorno que nos ocupa, sería como estabilizadores del ánimo en personas agresivas y como parte del tratamiento de la fase maníaca del trastorno bipolar, que puede asociarse al TDAH.

AGONISTA ALFA ADRENERGICOS Y ANTIDEPRESIVOS


Agonista alfa-adrenérgicos
Se utilizan especialmente para el tratamiento de la hipertensión arterial y de los tics (teniendo un efecto leve) en personas con el Síndrome de Tourette. Sobre el TDAH, actúa controlando la hiperactividad y la impulsividad cuando éstas son extremas y controlando conductas oposicionistas desafiantes y agresivas. La clonidina (Catapresan) es el medicamento de este grupo que se ha utilizado durante más tiempo. De preferencia es mejor no mezclar una dosis de clonidina con una de Ritalin en simultáneo (ha habido casos de muerte, a pesar de desconocerse a ciencia cierta, si es que fueron a consecuencia de la mezcla de los medicamentos).
Los efectos secundarios que podrían presentarse son somnolencia, dolor de cabeza, sequedad de boca y disminución de la presión arterial. Si el tratamiento se suspendiera súbitamente, podría haber hipertensión arterial acompañada de malhumor.

Antidepresivos
El Bupropion (Wellbutrin) y la venlafaxina tienen un bajo efecto sobre el déficit de atención. Su utilidad está limitada a personas que tienen depresión como trastorno asociado al TDAH. El Bupropion es el medicamento más estudiado y ha demostrado tener un efecto en el TDAH en adultos, independientemente de la depresión. El pequeño riesgo de provocar convulsiones limita su uso, especialmente en niños.

MEDICAMENTOS NO ESTIMULANTES ATOMOXETINA Y MODAFINILO


Atomoxetina
Es el mejor medicamento que ha aparecido luego del Ritalin. En el Perú lo podemos conseguir como Strattera y como Passiva.
En principio se llamaba tomoxetina y era un medicamento antidepresivo, que no tuvo mucho éxito, pero que sin embargo, tuvo gran efectividad sobre los síntomas del TDAH.
Es un bloqueador selectivo del transporte o recaptación de norepinefrina y tiene la fortuna de no pertenecer al grupo de los medicamentos estimulantes
Algunos de los posibles efectos secundarios son la somnolencia, mareos, inestabilidad, dolor abdominal, náuseas, vómitos, aumento de la presión arterial, aceleración del pulso, etc. Si es que alguno de estos efectos secundarios persistiera por más de un mes, la dosis tendría que ser cortada. En algunos casos, cuando el medicamento no se ha tomado durante varios días, al volver a tomarlo pueden presentarse los efectos secundarios.
A veces, la atomoxetina puede producir irritabilidad, dificultades para dormir y un cuadro maníaco que por lo general desaparecen con la disminución de la dosis, aunque a veces motivan la detención del tratamiento. Otros efectos secundarios que se presentan de manera muy infrecuente son la disfunción eréctil o impotencia en el hombre y la disminución de la libido en las mujeres.
A diferencia del Ritalin, la atomoxetina se demora algunas semanas en hacer efecto y no es tan efectiva para los síntomas principales del TDAH, pero sí lo es con los tics o la ansiedad asociados a él.

Modafinilo
Es el medicamento más efectivo para tratar la narcolepsia y el sueño excesivo durante el día.

DEXTROANFETAMINA Y PEMOLINA


Dextroanfetamina
También conocida como dexanfetamina, es tan efectiva como el Ritalin, pero por ser una anfetamina tiene muchos prejuicios. Hace años era más utilizada que el metilfenidato, pero cada vez se le utiliza en menor proporción.

Pemolina
Ya no es administrada debido a su toxicidad hepática, que puede llegar a provocar la muerte.

METILFENIDATO


Es más conocido por la marca comercial Ritalin. La síntesis de esta sustancia fue realizada por el doctor Leon Panizzon en Basilea en 1994. El metilfenidato es el medicamento más estudiado actualmente y su efectividad ha sido probada muchas veces. A pesar de todos los prejuicios contra el metilfenidato, las personas que tienen experiencia en su uso saben que es uno de los medicamentos más eficaces que existen.
A través de los estudios se ha demostrado que al ser administrado por vía oral, el metilfenidato ingresa lentamente al cerebro y es eliminado en forma aún más lenta y debido a esto queda desmentida la supuesta similitud con las drogas, ya que éstas siguen un proceso opuesto.
Los efectos secundarios causados por el tratamiento con metilfenidato son pocos, infrecuentes y leves. El más común es la disminución del apetito que se maneja de una forma muy fácil: reforzando la alimentación en las horas que no hay efecto medicamentoso. Otros efectos secundarios poco comunes son el retraso del sueño (cuando se administra una dosis en una hora cercana a la hora de dormir) y el dolor de cabeza o abdominal (cuando la dosis es muy fuerte). Raras veces el medicamento produce malhumor, nerviosismo o decaimiento y cuando esto sucede, basta con disminuir la dosis para que desaparezca. En algunos pocos casos puede haber un aumento de la presión arterial y una aceleración del pulso.
El Ritalin es el medicamento más elegido por las personas con TDAH, debido a que ayuda a controlar todos los síntomas principales como la desatención, la hiperactividad y la impulsividad; también suele ayudar a controlar los problemas de conducta.

MEDICAMENTOS ESTIMULANTES


Estos medicamentos reciben el nombre de estimulantes, debido a que hace mucho tiempo, en los laboratorios se observó que los animales que los consumían se aceleraban. Para las personas con TDAH el efecto de éstos es el opuesto, ya que, experimentan una disminución de la actividad motriz excesiva si son hiperactivos y pasan a poder permanecer estudiando o trabajando concentrados, durante más tiempo.
Mucha gente confunde, en cierto sentido, los fármacos estimulantes con las drogas estimulantes, que producen adicción. A continuación presentaré una lista de medicamentos estimulantes y haré una pequeña explicación de cada uno.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL TDAH


A pesar de haber muchas terapias y tipos de ayuda para las personas con TDAH, como la terapia conductual, la cognitiva conductual, la del lenguaje y aprendizaje, la de nivelación o tutoría, la psicoterapia de orientación psicoanalítica y el coaching, éstas sólo son recomendadas como un complemento del tratamiento medicamentoso. El tratamiento más efectivo contra el TDAH es el farmacológico, siempre y cuando, sea administrado por un especialista que mantenga un seguimiento adecuado y que oriente a los padres sobre todas las medidas que deban tomarse en cada caso en particular.

Existen dos tipos de medicamento: los estimulantes y los no estimulantes:

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Síndrome de las piernas inquietas y movimiento periódicos de las extremidades durante el sueño
Estos dos trastornos casi siempre se presentan juntos y son descritos por sus nombres; a pesar de presentarse durante la niñez, suelen tomar importancia en la adultez. El sueño cortado y alterado, causado por estos trastornos, acentúa los síntomas del déficit de atención.

· Drogadicción
A pesar de haber una creencia de la gente, según la cual las personas con TDAH son completamente iguales a las demás, debemos desmentir esta falsa creencia. En el caso de este trastorno, se sabe que una persona con TDAH tiene un riesgo cuatro veces mayor que una persona normal de caer en las drogas.
Por otra parte, está comprobado que una persona con un TDAH manejado correctamente y que tiene un tratamiento medicamentoso bien llevado, tiene un menor riesgo de hasta el 80% de caer en drogas que quienes tienen el mismo trastorno mal tratado.
Otra gran falsa creencia es aquella según la cual los medicamentos para tratar el TDAH causan dependencia y favorecen, así, a la drogadicción. Las personas que afirman esto están equivocadas, debido a que esta idea va en contra de lo que dicen los estudios sobre este tema.
Finalmente, debe tomarse en cuenta que todos los síntomas que son indicio de algún trastorno asociado al TDAH deben presentarse por una cantidad de tiempo establecida en el DSM IV para ser considerados signo de un trastorno.

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Trastorno obsesivo-compulsivo
Éste trastorno tiene como principales características las recurrentes obsesiones y compulsiones que consumen más de una hora al día, interfieren en la vida de la persona y la hacen sentir mal. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que aparecen sin razón alguna. Las compulsiones son actos repetitivos, físicos o mentales que obedecen a una obsesión. Algunas compulsiones frecuentes son lavarse las manos, ordenar, revisar, rezar, contar, repetir palabras en silencio.
Para tratar el trastorno obsesivo-compulsivo se recurre a la terapia cognitivo-conductual y a los medicamentos. En algunos casos, cuando una persona con obsesiones y compulsiones recibe el tratamiento para el TDAH, pueden acentuarse estos síntomas causando un cuadro evidente de trastorno obsesivo-compulsivo. Cuando se asocian los dos trastornos que nos ocupan, el primero que hay que tratar es el trastorno obsesivo-compulsivo; cuando éste se llega a controlar, se procede a tratar el TDAH.



· Trastorno del desarrollo de la coordinación
Se suele diagnosticar cuando el niño presenta torpeza en sus movimientos, una mala caligrafía y cuando tiene problemas severos para hacer deportes. Su importancia o frecuencia, como trastorno asociado al TDAH, no está bien definida.

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Migraña
La migraña es un problema neurológico que causa dolor de cabeza; es de origen genético y es tan común como el TDAH. Por esta razón no es raro encontrar a personas con los dos trastornos asociados.
Cuando oímos la palabra migraña, rápidamente, la relacionamos con un dolor de cabeza, pero la migraña no causa simples dolores de cabeza. Para que un dolor de cabeza sea considerado como una migraña tiene que presentar las siguientes características: que ocurra en un sólo lado de la cabeza (especialmente en la frente y en el ojo), que el período de dolor sea prolongado, que la luz y los ruidos molesten durante el tiempo de dolor, que la persona que tiene el problema prefiera quedarse quieto y dormir, que por lo general dormir alivie el dolor. A veces, el problema es más severo y produce visión de luces, náuseas y vómitos. Existen medicamentos muy efectivos para controlar la migraña y cuando éstas son muy frecuentes puede ser necesario un tratamiento preventivo, usando medicamentos diariamente.
En el caso de los niños la migraña no tiene todas las características anteriores y se puede presentar como un simple dolor de cabeza. Sin embargo, tiene algunas peculiaridades: son más frecuentes durante la época escolar, especialmente durante los días de clases, aparecen en las últimas horas de colegio o en el viaje de regreso a casa, algunas veces aparecen cuando el niño come chocolates, golosinas o bebidas con colorantes.
El aspecto más resaltante de la asociación entre el TDAH y la migraña es que las dificultades que provoca el TDAH causan un gran estrés y una gran preocupación en el niño, y esto hace que las migrañas sean más frecuentes e intensas.

· Trastornos del espectro autista o trastornos generalizados del desarrollo
A pesar de no conocerse precisamente la causa de estos trastornos, se sabe que se dan por una severa alteración en el desarrollo del cerebro originada antes del nacimiento.
Estos trastornos afectan seriamente el desarrollo general del niño, especialmente, en el aspecto social, conductual y del lenguaje.
Estos trastornos se presentan, básicamente, de dos formas: el autismo y el Síndrome de Asperger.
El autismo es la forma más severa y presenta alteraciones en los tres aspectos mencionados anteriormente; puede estar asociado a retardo mental y a convulsiones.
El Síndrome de Asperger es una forma leve de autismo, con inteligencia normal y alteraciones leves en la comunicación verbal. En muchos casos se trata de personas muy inteligentes con dificultades para la socialización y con pocos intereses, pero que sin embargo destacan en su profesión, especialmente en la matemática, la ingeniería y la informática.
El tratamiento de los trastornos del espectro autista es básicamente de tipo educativo y psicológico. No existen medicamentos específicos para los trastornos del espectro autista, por lo que se emplean distintos medicamentos de acuerdo a la sintomatología dominante. Si lo más resaltante son la agresividad, los problemas de sociabilización y los movimientos repetitivos, lo recomendable son los neurolépticos; pero si lo que más resalta son la obsesividad y las conductas rituales pueden utilizarse los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Ansiedad
Los niños con TDAH tienen que realizar un esfuerzo mucho mayor que los niños normales para concentrarse y para realizar sus tareas. A pesar de todo el esfuerzo que realizan, muchas veces no obtienen resultados acordes a éste y, además, reciben llamadas de atención constantemente. Dándonos cuenta de lo anteriormente explicado, es fácil entender por qué los niños con TDAH presentan niveles de ansiedad más altos que los de otros niños.
En algunos casos, la ansiedad, también puede ser causada por el miedo del niño frente a una posible separación de algún miembro de la familia. Las principales características de un niño con ansiedad por una posible separación son el miedo de alejarse de su hogar o de sus padres, temor a perderlos, temor a que algún acontecimiento los separe, el no querer ir al colegio o a otros lugares, resistencia a quedarse en casa sin sus padres, el no querer dormir sin tener cerca a los padres, pesadillas con respecto a una separación, etc.
Lo primero para iniciar el tratamiento de la ansiedad es enseñarles a los padres técnicas conductuales que les ayuden a disminuir y luego desaparecer los miedos del niño. Además, se puede ayudar al niño con una terapia emocional, si fuera necesario.

· Tics y Síndrome de Tourette
El Síndrome o trastorno de Tourette es un problema neuropsiquiátrico que se caracteriza por la presencia de tics y en algunos casos de comportamientos compulsivos. En la mitad de los casos también va asociado con TDAH y suele ir acompañado de problemas de conducta, de aprendizaje, de ansiedad y de depresión.

Los tics que son fundamentales para diagnosticar el Síndrome de Tourette son movimientos (tics motores) o vocalizaciones (tics vocales o fónicos). Los más comunes son parpadear, mover los ojos, hacer muecas, desflemar, tocar objetos, repetir palabras, etc. Los tics aparecen, desaparecen, luego vuelven asociados a otros tics; duran semanas, meses años, pero para diagnosticar el Síndrome de Tourette es necesario que la persona tenga dos tics motores y uno fónico y que presente tics durante, por lo menos, un año. Los tics suelen aparecer durante los primeros diez años de vida, generalmente se acentúan en la adolescencia y luego desaparecen en la adultez. Generalmente los tics no interfieren significativamente en la vida de las personas, aunque en algunos casos, son severos y requieren medicación.
Sobre todo en la adultez, más que tics, se presentan conductas compulsivas que obedecen a obsesiones que llegan a la cabeza sin razón alguna; las compulsiones más frecuentes que se observan son el tocar objetos sin razón alguna, ordenarlos, contar, decir una frase repetidas veces o realizar un acto hasta sentir que ha sido efectuado correctamente. A veces, estas compulsiones se hacen tan severas y frecuentes que se le diagnostica a la persona el trastorno obsesivo-compulsivo, que tiene que ser tratado con medicamentos.
El Síndrome de Tourette tiene un origen genético, pero no se descarta que algunos problemas en la gestación y en el parto puedan facilitar su aparición.
El Síndrome de Tourette y el TDAH se consideran trastornos asociados. Uno de cada dos pacientes con el Síndrome de Tourette también presenta el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. El trastorno obsesivo-compulsivo y los tics, que son los dos principales síntomas del Síndrome de Tourette, complican el diagnóstico del TDAH debido a que son lo primero que llama la atención y, por lo tanto, lo primero en tratar de ser curado, a pesar de ser el TDAH el trastorno que más problemas trae a largo plazo. Además, estos síntomas, acentúan los del TDAH e interfieren con el aprendizaje del niño o adolescente, ya que éstos realizan un esfuerzo por controlar los tics para no llamar la atención y no ser objeto de burlas y las compulsiones consumen un tiempo valioso del rato de estudio, al llevar a una repetición innecesaria de actos.

· Depresión
Este trastorno se presenta en la niñez (rara vez), en la adolescencia (en algunos casos) y en la adultez como el trastorno asociado al TDAH más común. La depresión puede ser desencadenada por una serie de frustraciones, que muchas veces son causadas por el TDAH.

Algunos de los síntomas que pueden hacer notar una depresión en un niño o adolescente son la alteración en el sueño y el apetito, cuando no disfruta haciendo lo que antes le gustaba hacer, cuando habla de muerte o ésta aparece en sus juegos y dibujos, cuando está constantemente decaído, cuando llora con facilidad sin haberlo hecho antes, etc.
Cuando se da una asociación entre el TDAH y una depresión, sin lugar a dudas, el primer trastorno en ser tratado debe ser la depresión. Si se decide tratar primero el TDAH, probablemente, la depresión mejorará debido a que el trabajo en el colegio y su vida en general serán más gratificantes y disminuirán las tensiones y frustraciones. Si es que la depresión continúa luego de haber mejorado los síntomas del TDAH, se procede con el tratamiento medicamentoso y, en todo caso, si es que ésta no es tan grave, se puede optar por una terapia psicológica.

· Trastorno bipolar (TB)
Este trastorno que puede asociarse al TDAH ha sido uno de los trastornos más estudiados, debido a que los expertos no habían podido definir sus síntomas completamente y se creía que era un trastorno que solo podía presentarse en adultos. Ahora se sabe que existen diversas variantes de este trastorno y también que se puede presentar en niños y, sobre todo, en adolescentes.
Desde no hace muchos años se ha visto que es muy común la asociación entre el TDAH y el trastorno bipolar. Se puede diagnosticar TB cuando hay historia de este trastorno en la familia cercana, cuando hay hiperactividad mayor a la usual, cuando los pacientes se molestan de una manera exagerada y muestran conductas desafiantes que no disminuyen su frecuencia e intensidad ante el tratamiento medicamentoso y conductual, cuando existen alteraciones en el sueño, etc. En algunos casos los medicamentos para el TDAH (sobre todo los de tipo estimulante), pueden producir un aumento de la hiperactividad o de la irritabilidad o también un deterioro de la conducta. Todos los síntomas mencionados anteriormente se presentan casi siempre en adolescentes.
Si se detecta el trastorno bipolar, lo más recomendable es no utilizar los medicamentos del TDAH. Si éstos ya se están utilizando lo mejor es cortar la dosis.

jueves, 15 de julio de 2010

TRASTORNOS ASOCIADOS


· Problemas de lenguaje y aprendizaje
Estos problemas, junto con los problemas de conducta, son los que con más frecuencia se asocian al TDAH y son la principal razón por la que niños y adolescentes son llevados al neurólogo. Por lo general, estos niños presentan algún problema del habla o del lenguaje. Ante una asociación como ésta, lo primero que hay que hacer es tratar el problema del habla o del lenguaje, previniendo de esta forma un posible problema de aprendizaje en el futuro. Por otro lado, en algunos casos el tratamiento medicamentoso del TDAH puede mejorar el pronóstico de este trastorno asociado, permitiendo al niño prestar la atención necesaria, entendiendo de esta forma las pautas que no comprendía antes.

En este tipo de asociación puede haber dos tipos de problemas: los específicos y los no específicos.
Los problemas no específicos son causados por el déficit de atención y por la hiperactividad que no permiten que los niños tengan un aprendizaje óptimo ya que se distraen fácilmente y no pueden mantenerse quietos. Estos trastornos no están asociados al TDAH, sino que son causados por éste.
Los problemas específicos del aprendizaje se observan en la lectura, en la escritura o en la matemática. Estos problemas son comórbidos y no son causados por el TDAH. El tratamiento medicamentoso puede ayudar al niño mejorando los síntomas del TDAH, mas no el del trastorno de aprendizaje. En estos casos es necesario que el niño reciba terapia de aprendizaje.




· Problemas de conducta
Estos problemas asociados al TDAH son tan frecuentes como los de aprendizaje. El problema de conducta más común es el trastorno negativista (u oposicionista) desafiante. Algunas de las características de una persona con este trastorno son los berrinches, la constante discusión con adultos, pues siempre los desafían y no siguen sus órdenes, molestan a otras personas, no aceptan sus propias culpas y tratan de pasarlas a otras personas, no soportan bromas y mucho menos perder en un juego, son extremadamente picones, son resentidos, rencorosos y vengativos, etc.

Generalmente los problemas de conducta no son diagnosticados durante mucho tiempo y son considerados como defectos de la crianza del niño desde casa y como consecuencias de un mal manejo en el colegio.
Las frustraciones que trae el TDAH sumadas al mal manejo de la conducta del niño hacen que este problema se potencie. El trastorno negativista desafiante en algunos casos mejora con la medicación del TDAH, pero igualmente es necesario llevar un manejo adecuado de la conducta en la casa y en el colegio, y si con esto no basta, se puede recurrir a la terapia conductual.
Otro trastorno que suele asociarse al TDAH es el trastorno disocial, que es el problema conductual más severo ya que, a veces, es considerado como una antesala de la delincuencia cuando no es bien tratado. Cuando este trastorno no es tratado adecuadamente, los niños, pero sobre todo los adolescentes, muestran conductas agresivas frente a otras personas y frente a animales, destruyen propiedades, roban e incumplen todo tipo de reglas.
La intensidad de este trastorno puede variar. Se pueden encontrar casos donde los síntomas son leves y otros en los que son severos y se requiere de un psiquiatra, de medicamentos y hasta de la hospitalización.

DIAGNOSTICO DEL TDAH


Hay que dejar en claro que los criterios de diagnostico establecidos no deben ser seguidos al pie de la letra debido a que el criterio que debe primar es el del médico especialista cuando tiene suficiente experiencia y conocimientos. Se debe acompañar y apoyar al niño desde casa y desde el colegio o nido. Además, luego de unos meses hay que reevaluarlo para observar su avance y evolución. Si hay plena certeza de que el niño presenta TDAH o algunos de los síntomas (sobre todo la hiperactividad-impulsividad) y estos le traen problemas y complicaciones serias se puede probar con el tratamiento medicamentoso acompañado de una terapia conductual.
Como podemos notar el diagnóstico de este trastorno no es un proceso complicado, siempre y cuando, sea llevado por un médico con experiencia, haya un respaldo y apoyo incondicional de parte de la familia y el niño entienda lo que está pasando. Pero esto no siempre es así, y el mayor problema o dificultad que afrontan los médicos es cuando llega a su consultorio un niño con padres hostiles. Los padres hostiles son aquellos que llegan al consultorio para evaluar a su hijo por recomendaciones y luego, por presiones del colegio, debido a la mala conducta o bajo rendimiento académico del niño. En estos casos, los padres hacen todo lo posible por minimizar el problema y demostrar que el profesor o psicólogo del colegio está equivocado, contestando negativamente a todos o algunos de los puntos del DSM IV; como este cuestionario depende de la buena y honesta información brindada por los padres, es imposible llegar a un correcto diagnóstico en una situación como ésta. Estas situaciones no son muy comunes, debido a que la mayoría de los padres siempre están dispuestos a ayudar a sus hijos y a descubrir de una buena vez si es que tienen TDAH o no.
Otras situaciones incómodas, se dan cuando llega al consultorio un paciente hostil. Estos casi siempre son adolescentes o adultos jóvenes que son obligados a ir por los padres.

DIAGNOSTICO DEL TDAH


Como ante todo trastorno, lo primero que se debe hacer es tener un diagnóstico claro y específico. En el caso del TDAH, el trastorno es neuropsicológico y neurológico/neuropediátrico. Hacer un claro diagnóstico permite crear y establecer un plan y proponer acciones terapéuticas, escolares y familiares.
El primer paso del diagnóstico del TDAH, es la detección de éste. Por lo general la realizan los padres cuando comienzan a notar en sus hijos una serie de conductas inesperadas y fuera de lugar, aunque también puede ser realizada en el colegio al notar conductas inadaptadas y trastornos de conducta y atención en el niño.
Algunos de los factores que llevan a la detección del TDAH, por ejemplo, son la hiperactividad en los primeros años de vida; el bajo rendimiento escolar durante los años de primaria; los problemas de conducta en los años de secundaria; la dificultad para elegir o encontrar una carrera adecuada y para completarla en los años universitarios; la dificultad de mantener un trabajo y una pareja estable, y la depresión, en el caso de los adultos.

Luego de la detección del trastorno se debe realizar un diagnóstico médico, que debe ser realizado por un neurólogo o un psiquiatra. Cuando el médico tiene experiencia por haber tratado muchos casos de gente con TDAH, el diagnóstico es un procedimiento clínico sencillo. La base del diagnóstico es una cuidadosa historia clínica, con los padres como informantes. Además, es necesario averiguar si hay antecedentes en la familia. Con frecuencia uno de los padres tiene TDAH. Y por último se debe revisar lo ocurrido en la gestación, el parto y el desarrollo durante los primeros años de vida, ya que esto permite determinar si es que ha habido o no factores ambientales que hayan facilitado la aparición de los síntomas del TDAH, tomando en cuenta que la predisposición genética es muy importante.

Como último paso, luego de haberse revisado la historia clínica, se realiza la aplicación del cuestionario del DSM IV, cuando se trata de un niño o adolescente y si se trata de un adulto existen cuestionarios adaptados para ellos.
Existen acuerdos a nivel mundial respecto a la aceptación de los criterios del DSM IV como ayuda para definir el diagnóstico del TDAH en niños y adolescentes. De acuerdo a estos consensos es necesaria la presencia de seis de los nueve síntomas de desatención o de hiperactividad-impulsividad; estos tienen que haber persistido por un mínimo de seis meses, deben presentarse por lo menos en dos ambientes y al menos unos cuantos deben haber existido antes de los siete años de edad. La última “condición” para que estos síntomas se puedan diagnosticar como un trastorno es que afecten la vida social, académica o laboral de quien los presente.
Los síntomas y características del déficit de atención y de la hiperactividad-impulsividad ya han sido presentados anteriormente, en la sección 1.3.3) Perfil de una persona con TDAH.

ORIGEN POR FATORES AMBIENTALES


Se cree que puede haber una serie de factores ambientales que favorecen la aparición de las manifestaciones del TDAH, en personas que han heredado varios genes que las predisponen a este trastorno. Algunos de los factores que pueden favorecer a que el TDAH se manifieste son, por ejemplo, el tabaco (por el hábito de fumar en la madre o por la exposición pasiva al tabaco), el alcohol, el plomo, el notorio bajo peso al nacer –ya sea porque el niño es prematuro o porque se detecte un tamaño pequeño para la edad gestacional- y el daño cerebral durante la gestación o durante el parto.

ORIGEN GENETICO


Se considera que el TDAH es uno de los trastornos más heredables que existen. Resulta común para un neurólogo que al tomar los datos de la historia clínica de alguno de sus pacientes, detecte que existe TDAH en otros miembros de la familia; este antecedente familiar suele estar presente aun en los casos en los que hay evidencia de daño cerebral debido a una causa comprobable.

Como sabemos, los estudios e investigaciones del TDAH son relativamente recientes y, en todo caso, antes no se le daba la misma importancia que ahora. Debido a esto es muy usual ver casos de personas adultas que no fueron diagnosticadas de pequeñas y que ahora, al ver una similitud entre sus síntomas y los de sus hijos comienzan a sospechar.
El caso más llamativo que he leido es el de un niño que sufrió una hipoxia cerebral severa cuando estuvo a punto de ahogarse en una piscina; luego de haber estado varios días en coma se recuperó en forma sorprendente pero quedó con secuelas, entre las que estaba el TDAH; aunque parecía innecesario buscar alguna otra causa, la historia clínica mostró que había varios miembros de la familia –que no habían sufrido daño cerebral- con este trastorno. Otro caso que ilustra lo mismo es el de un niño que luego de sufrir un traumatismo cráneo-encefálico grave –fue atropellado por un microbús, estuvo varios días en coma y mostró edema cerebral en el examen de tomografía computarizada de cerebro-, al parecer había desarrollado un cuadro severo de déficit de atención, hiperactividad, impulsividad y conducta desafiante; al obtenerse la historia, se vio que las mismas características estaban antes del accidente y que había varios casos de TDAH en la familia de ambos padres.
Son varios los genes cuya alteración ha sido demostrada en el TDAH, especialmente el gen del receptor de dopamina D4 (DRD4) y el gen del transportador de dopamina (DAT). La alteración que más se da en el gen DRD4 es la presencia de un alelo con siete repeticiones.

NEUROBIOLOGIA


Debemos tomar en cuenta que el TDAH tiene unas bases neurobiológicas o un origen neurobiológico científicamente comprobado. Día a día, gracias a los nuevos avances de la neurociencia, hay más teorías que sustentan las bases neurobiológicas del TDAH.
Si retrocedemos en el tiempo, la neurociencia siempre ha estado presente, ya que en su origen este trastorno fue asociado al síndrome hiperquinético y a la disfunción cerebral mínima. Sin embargo, en ese entonces, se desconocía por completo los aspectos neuropsicológicos y cognitivos.
Ahora explicaré específicamente en qué radica el problema neurobiológico del TDAH. La mayoría de neuronas frontales utilizan dopamina y, por lo tanto, son llamadas neuronas dopaminérgicas. Cumplen un importante papel en el nivel de activación del organismo arousal, en la motivación y en la atención.
Los estudios continúan en búsqueda de más información que concluya o demuestre que la falta de dopamina es la responsable de los síntomas del TDAH. El problema es que existen numerosas dificultades metodológicas para realizar este tipo de estudios.
Para poder medir niveles cerebrales de dopamina, es necesario realizar una medición en el líquido cefalorraquídeo, a través de una punción lumbar, lo cual presenta impedimentos éticos y riesgos médicos.
A pesar de todo lo que falta por investigar, es casi seguro que de alguna manera el sistema dopaminérgico está involucrado, ya que el metilfenidato, una de las medicaciones más efectivas para tratar los síntomas del TDAH, actúa potenciando la acción de la dopamina al inhibir su recaptación, según los estudios de la medicina molecular.

Impulsividad

Está basada en una serie de reacciones inmediatas que tiene el niño (una conducta reactiva inmediata). Son reacciones y movimientos constantes, rápidos y espontáneos cuyas consecuencias no son medidas por él. Los impulsos fluyen constantemente y sin parar. La impulsividad está directamente ligada con la hiperactividad y es una característica del TDAH.

Las siguientes son las características de las personas con impulsividad:

- Precipitan respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.

- Tienen dificultades para esperar su turno.

- Interrumpen o se entrometen en las actividades de otros, por ejemplo, en conversaciones o juegos.

Hiperactividad

Provoca movimientos y desplazamientos constantes. El niño no puede permanecer quieto, sólo lo logra por muy cortos tiempos que rápidamente desaparecen y dan paso a la inquietud nuevamente. Es un acto casi involuntario y el niño no se puede controlar.

Esta hiperactividad no es sólo motriz sino también verbal, es decir que provoca en los niños movimientos constantes y la incapacidad de mantenerse callados. La hiperactividad es un síntoma específico y característico del TDAH.

Las siguientes son las características de las personas con hiperactividad:

- Mueven en exceso las manos y los pies y se balancean en sus sillas.

- Se paran de su asiento en oportunidades en las que se espera que permanezcan sentados. A veces esto no sucede en el colegio por temor o por gran respeto a la autoridad, pero sí en casa; otras veces a la inversa.

- Corren o saltan excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).

- Tienen dificultades para entretenerse solos y tranquilos en sus cuartos o en la casa. Continuamente dicen que están aburridos y preguntan qué pueden hacer.

- No paran de hacer cualquier cosa. Los niños siempre están realizando alguna actividad y cambiando por otra continuamente.

- Hablan en exceso y en algunos casos lo hacen compulsivamente.

Déficit de Atención

Es el síntoma más característico tanto del TDA como del TDAH. La desatención radica en la dificultad que existe para enfocar o sostener la atención en algo, durante un tiempo determinado, descartando todos los demás estímulos circundantes. Este déficit atencional genera una gran dificultad para concentrarse. La atención se ve alterada en todos sus subprocesos. Estos subprocesos se ejecutan en el cerebro en lapsos brevísimos de tiempo; se van sucediendo en milésimas de segundo, por lo que podríamos decir que se dan en simultáneo. Es evidente que estos subprocesos no se dan de la manera adecuada en las personas con TDAH.
Los subprocesos son los siguientes:

- Focalizar la atención. Nos demuestra o no la eficacia de la atención y nos permite formar un foco atencional sobre algo para detectar los detalles de cosas, acontecimientos, etc.

- Sostener la atención. Es mantener la concentración y atención por un tiempo de acuerdo a los parámetros establecidos según las edades.

- Cambiar la atención. Consiste en la capacidad de cambiar de un foco de atención a otro sin quedar fijado en el anterior, es decir, la capacidad de variar o prestar atención a varias cosas a la vez, pero pudiendo luego volver a atender al estímulo requerido.

- Codificar la atención. Es la dificultad para percibir los detalles importantes o centrales de las cosas o hechos.

Las siguientes son las características de las personas con déficit de atención:

- No le prestan la atención suficiente a los detalles o cometen errores por descuido en las tareas del colegio, en el trabajo o en otras actividades. Esto casi siempre se da cuando la persona está realizando una actividad que no es de su interés.

- Tienen dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas. Necesitan supervisión para las tareas, generalmente los juegos no les causan problemas.

- Dan la impresión de no escuchar cuando se les habla directamente y es necesario llamar su atención y repetirles las órdenes varias veces.

- No siguen instrucciones y no finalizan tareas escolares, encargos u obligaciones. Esto no se debe a un comportamiento negativo ni a que quieran dar la contra o a la incapacidad para comprender instrucciones, sino a que necesitan que se les repita las instrucciones individualmente y que se les recuerde, constantemente, que deben trabajar.

- Tienen dificultades para organizar tareas y actividades que por lo general no les interesan.


- Evitan y les disgustan las tareas que exigen un esfuerzo mental sostenido y, a menudo, ante la menor dificultad, abandonan lo que están haciendo para pasar a algo más fácil.

- Pierden objetos necesarios para realizar tareas o actividades.

- Se distraen fácilmente por estímulos irrelevantes; en el colegio y en la casa, especialmente, cualquier cosa los distrae.

- Son descuidados en las actividades diarias. Estas son las actividades que la persona debería realizar espontáneamente de acuerdo a su edad, pero hay que recordárselas constantemente debido a que muchas veces no las cumplen.

¿COMO SE MANIFIESTA?




El TDAH puede presentarse en diversos momentos de la vida y de diversas maneras. Esto depende de muchos factores, como sus características específicas, su severidad, de los problemas a los que esté asociado, del nivel intelectual del que lo padece y de las condiciones en el hogar y en el colegio.
El TDAH puede manifestarse en el primer año de vida, cuando el componente de hiperactividad e impulsividad es importante. El bebito suele llorar constantemente y tener un sueño nocturno interrumpido. Cuando el bebé comienza a caminar se puede notar el exceso de actividad que tiene y se observa que corre en vez de caminar. Es común que grite o chille en lugar de hablar.
En el nido, se hace evidente la dificultad que tiene el niño de estar quieto, de prestar atención a lo que se le dice, de seguir las indicaciones que se dan a toda la clase, de aceptar límites a sus deseos, de controlar sus impulsos y movimientos.
Es más frecuente que el TDAH se manifieste con el comienzo del colegio; se evidencia, por ejemplo, en la dificultad que muestran los niños al aprender a leer y escribir. El TDAH es más fácil de detectar en los niños que presentan hiperactividad que en los que solo son desatentos.

En diversas oportunidades, el TDAH puede no reconocerse hasta el inicio de la secundaria o hasta el momento de ingresar a la universidad, sobre todo cuando el niño o joven tiene un alto nivel intelectual y existe un excelente apoyo desde su casa.
Cuando el desorden no es detectado ni en la niñez ni en la adolescencia, o no ha sido bien manejado (muchas veces los padres no aceptan la medicación o interrumpen el tratamiento por falta de información), hay un mayor riesgo de que la persona caiga en la drogadicción; esto se da, sobre todo, en las personas que tienen problemas de conducta asociados.
Como último dato, el TDAH también puede ser diagnosticado en la adultez, lo que se da generalmente en los padres de los chicos con el trastorno, al comparar y encontrar similitud entre sus síntomas y los de sus hijos. Lo que ocurre también, en algunos casos, es que los adultos que ya han sido diagnosticados en alguna ocasión pasada, se hacen conscientes de los problemas que les trae este trastorno y buscan ayuda. Durante la adultez suelen verse los problemas que trae el TDAH a largo plazo: frustración de las metas personales, dificultad para mantener un trabajo, dificultades en las relaciones de pareja, dificultad para criar adecuadamente a sus hijos, alcoholismo, drogadicción, etc.

CARACTRISTICAS

El TDAH es un desorden neuropsiquiátrico que pertenece al grupo de los trastornos de aprendizaje. Tiene un origen genético en la gran mayoría de los casos, aunque hay excepciones en las que el origen se debe a otros factores. Los niños con TDA con o sin hiperactividad, presentan dificultades atencionales, neurocognitivas, clínicas, educativas y sociales que interfieren en el desarrollo evolutivo conductual esperado.
El TDA con Hiperactividad es el que aparece con mayor frecuencia y se detecta a más temprana edad. Desde los tres años la hiperactividad ya está completamente instalada y se observa en el niño la presencia de una desorganización conductual y de madurez.
El TDA es más difícil de detectar a una corta edad, debido a que la gran desatención presentada por el niño, sin la presencia de otros signos conductuales, es tomada como un proceso normal y madurativo de la edad.
En muchos casos el TDAH va acompañado de problemas de lenguaje y aprendizaje, de conducta, del estado de ánimo, de ansiedad o de tics. Los trastornos asociados dificultan el tratamiento y muchas veces constituyen el mayor de los problemas. Puede existir más de un trastorno asociado.
El diagnóstico del TDAH suele hacerse realizando una cuidadosa revisión de la historia clínica y siguiendo los criterios de la Cuarta Revisión del DSM.
Cuando la persona con TDAH no presenta trastornos asociados o estos son muy leves, y hay un buen manejo en casa y en el colegio, el tratamiento farmacológico suele ser suficiente. En algunos casos, dependiendo de los trastornos asociados, del grado de los problemas o de la incapacidad del entorno para manejarlo, el niño puede necesitar: terapia conductual, u otra terapia psicológica; coaching; terapia de aprendizaje; terapia de nivelación o tutoría; o tratamiento psiquiátrico.

HISTORIA

La historia del TDAH se inicia después de la epidemia de encefalitis letárgica, que ocurrió a partir de 1917. El cuadro clínico observado, que presentaba alteraciones conductuales y cognitivas, pasó a denominarse Daño cerebral, debido a que lo presentaban niños que habían sufrido esta enfermedad que comprobadamente daña el cerebro. Conforme pasaban los años, el cuadro presentado anteriormente también fue observado en niños que no tenían historia de haber sufrido encefalitis letárgica ni tenían clara evidencia de haber sufrido daño en el cerebro, por lo que se creyó que el daño cerebral sufrido por ellos debía de haber sido muy leve y el trastorno que nos ocupa pasó a llamarse Daño cerebral mínimo.
A comienzos de los años 60, la persistente ausencia de signos de daño cerebral en estos niños condujo a una nueva evaluación del cuadro clínico, el que comenzó a ser llamado Disfunción cerebral mínima, tomando en cuenta que no existían signos de daño cerebral pero sí tenían los denominados signos “blandos o mínimos”, que pasaron a ser considerados como signos de alteración funcional del cerebro.
Entre la década de los 50 y los 70, otra de las denominaciones del actual TDAH fue Síndrome hiperquinético. Paulatinamente, a partir de 1980 y en sucesivas revisiones del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM), se le pasó a denominar Trastorno por déficit de atención –con hiperactividad y sin hiperactividad-. Finalmente, con la aparición del DSM IV (la cuarta revisión del manual mencionado), desde 1994, se le comienza a denominar Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, en el cual se reconocen tres variedades, dependiendo de que se encuentren ambos componentes –déficit de atención e hiperactividad- o de que exista la presencia predominante de cualquiera de ellos.

jueves, 8 de julio de 2010

estereotipos

Los niños con TDAH entran, salen y se desplazan rápido o corriendo, se les caen sus pertenencias constantemente y usan gran número de movimientos al levantarlas, siempre tienen algo que hacer o que decir, por lo general, fuera del contexto del momento; tienen necesidad de salir del ambiente en el que están, se resbalan o se mecen en su asiento; si se quedan sentados, mueven las manos, los pies o hacen ruiditos; se entrometen con cualquier comentario y preguntan sin medir consecuencias, hablan por demás, interrumpen conversaciones, olvidan dónde dejan sus pertenencias, los mensajes nunca llegan a tiempo; se enojan y se olvidan de su enojo rápidamente, son inestables en sus amistades y, muchas veces, son rechazados por su forma de ser molesta e improductiva. Dentro del ámbito familiar y escolar, necesitan ayuda para encauzar su conducta y mejorar su participación social, se distraen y distraen a otras persona, causan alboroto, les cuesta auto controlarse, se tornan ansiosos frente a distintas y diversas situaciones, etc. Con todo lo anterior sumado a la gran cantidad de mitos existentes sobre el TDAH es comprensible que algunas personas tengan ideas equivocadas y creen en su cabeza un estereotipo para las personas con TDAH.

Definicion

El TDAH es un trastorno neuropsicológico, que se debe a un desequilibrio bioquímico cerebral, relacionado con los neurotransmisores dopamina y norepinefrina. Este trastorno presenta síntomas de falta de atención, de hiperactividad – impulsividad o de ambos.
Todos los síntomas no tienen por qué presentarse de forma conjunta, por consiguiente, en los diagnósticos se considera a un grupo mayoritario que solo presenta desatención y el resto lo ocupan los grupo formados por los casos que presentan hiperactividad-impulsividad y los que presentan los dos síntomas.
Se utiliza el término trastorno debido a que estas manifestaciones interfieren en la vida familiar, académica y/o social del niño, adolescente o adulto y en la vida laboral o marital de este último. El déficit de atención es un trastorno neurocomportamental muy común, que le ocurre a un 5 a 10% de los niños en la etapa escolar y a un 3 a 6 % de los adultos. Es una de las condiciones médicas más frecuentes entre los niños en la edad escolar (está comprobado que 5 de cada 100 niños tienen TDA o TDAH) aunque la condición continúa, como mínimo, en el 70% de los casos en la adolescencia, y en un 50% en la vida adulta.
Como consecuencia de los síntomas del TDAH se genera en la gente, pero sobre todo en los niños, una desorganización conductual y cognitiva que producen una serie de problemas significativos como el bajo rendimiento académico, la dificultad en la regulación de sus estados emocionales; también una serie de problemas interpersonales, tanto en el plano familiar (padres, hermanos), como en el social (grupo de pares), una baja autoestima y sobre todo, creo yo, genera en estos niños una imagen estereotipada de gente malcriada e incorregible, en el caso de los que presentan fundamentalmente hiperactividad e impulsividad, y de perezosos, descuidados y torpes en los casos que presentan básicamente déficit de atención. A pesar de todos estos problemas debe quedar en claro que el TDAH no está, para nada, asociado directamente con un coeficiente intelectual bajo o deficitario.
Por otra parte, el TDAH no es un trastorno muy conocido por la gente, sus estudios más importantes son relativamente recientes y hay una serie de características que pueden causar en las personas una impresión o imagen no adecuada del niño con el trastorno.

jueves, 22 de abril de 2010

EL DEFICIT DE ATENCION

Aunque todavia no me decido por completo, he elegido este tema ya que es un problema que afecta a una gran parte de la poblacion mundial y mucha gente no tiene idea de la existencia de este. A pesar de haber desarrollado mucho la investigacion de el deficit de atencion, muchos padres y profesores no saben como reaccionar cuando chocan con un hijo o alumno, respectivamente, con este problema. En la monografia buscare crear una conciencia en los lectores q les permita reconocer, respetar y apollar a las personas con este problema. En la monografia quiero presentar todos los grados de deficit de atencion que hay, dar informacion y desmentir algunos mitos sobre los medicamentos que ayudan a controlar este problema. Me gustaria crear una especie de programa que todos los colegios pudieran seguir, que consistiria, basicamente, en detectar el deficit de atencion en los niños a una corta edad, para que se pudiera ayudar a este niño y se mantuviera un seguimiento personalizado.